Asadores
Por Luis Domenech
Ayer conocí un restaurante asador del que quedé prendado, y no solo por la calidad de su cocina y atención, sino por lo enxebre del entorno que me transportó a otros tiempos. Solo basta contemplar el video que preside este post para entender a que me refiero.
Visitar el alojamiento de Fogar de Breogán es como dejar a un lado nuestro tiempo y sumergirse en otra época pasada, en la que se vivía de otra manera (eso si, sin renunciar a las comodidades de las que hoy disfrutamos).
El lugar es bucólico, pues el diseño y la arquitectura de las cabañas nos traslada a un mundo celta en el que esperamos encontrarnos a Frodo Bolsón, pues la ambientación nos retrotrae al universo hobbit. El mobiliario es absolutamente artesanal y medieval. Los jardines, los mini-puentes, las calzadas de piedra, el mini-molino, el arco de entrada con la campana, los ventanales redondos y descuadrados, los originales portalones, los tejados de verde hierba de las cabañas, todo son elementos que ayudan a que nos sintamos en otro mundo, en otra época.
El
local del restaurante es amplio, con un mobiliario rústico y una
decoración que aparenta a las antiguas posadas del camino. Me llamó la
atención el acertado desdoblamiento de las parrillas, una para el
churrasco y las carnes, y otra para pescados y verduras. Y es que si el
asado es cuestión de temperatura y tiempo, el calor que se le debe
aplicar a verduras o pescados y a la carne nada tienen que ver el uno
con el otro.
La Carta, desde unos entrantes para compartir, está centrada en la carne principalmente, mieras que del mar nos ofrece el pulpo las gambas y chipirones, y un único pescado: el lenguado. La oferta de vinos es manifiestamente mejorable, pues solo ofrece media docena de vinos gallegos, cinco riojas y un Ribera del Duero. Para un establecimiento de esta categoría, es donde tienen su punto de mejora. También con la carta de postres, elaborados en la casa, pero no estaría mal que ampliaran su oferta.
Destacable si que es la calidad de sus carnes, y su tratamiento en la parrilla. Tanto el churrasco de ternera, como la picaña, el xarrete o la croca son tiernos y sabrosos, pero si vamos al chuletón de vaca, con el punto perfecto de parrilla, es exquisito, y tanto el adobo que lo acompaña como la excelente sal marina en lascas, le dan el punto justo en boca.
![]() |
| El churrasco de ternera con patatas fritas |
Echo en falta el servicio de corte del chuletón en mesa por unas manos expertas, pues cuando la pieza es grande, la separación de la carne del hueso, el troceado y el corte en finas láminas de la carne no lo sabe hacer cualquiera, y cuando este se hace el mal (y el cliente generalmente no sabe hacerlo), puede que se estropee el exquisito bocado. Incorporar este elemento al servicio de sala, contribuiría de manera absoluta a la mejora de la experiencia de degustar el chuletón.
![]() |
| La jugosa picaña con patatas y pimiento verde |
Pero
lo que no cabe duda, es que la materia prima de procedencia local de la
que se provee el establecimiento, es de primerísima calidad, y es que
en el campo gallego, a buenos pastos, buena carne.
![]() | |||
| Un chuletón que impone | |
Y así es como acabó el chuletón, con el hueso desnudo ante la mirada de los comensales que lo disfrutaron. Les animo a repetir la experiencia.
Y para finalizar, las imágenes de un molino que no muele, pero mola un montón.







No hay comentarios :
Publicar un comentario