Nuevo Récord Guinness: El mejor Queso Cabrales del mundo, subastado por 37.000 euros

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Encarnación Bada, elaboradora del queso, e Iván Suárez, de El Llagar de Colloto, posan con el queso ganador.
 

Un nuevo Guinness World Record se ha establecido en la reciente subasta del Certamen del Quesu Cabrales. 

37.000 euros ha pagado esta mañana El Llagar de Colloto euros por una pieza de Queso Cabrales de la quesería Ángel Díaz Herrero, que había sido elegida ganadora del 53.º Certamen del Queso Cabrales, superando en 1.000 euros la anterior marca, desembolsada por ellos mismos el pasado año.

Es la sexta edición consecutiva que Iván Suárez, del Llagar de Colloto, gana la puja por el mejor Queso Cabrales del Mundo, celebrada esta mañana. En esta racha, Suárez ha desembolsado ya 14.300 euros en 2018 (primer Guinness World Record), 20.500 euros en 2019 (segundo Guinness World Record), 17.000 euros en 2022, 30.000 euros en 2023 (tercer Guinness World Record), 36.000 euros el pasado año (Guinness World Record vigente hasta esta mañana) y 37.000 euros hoy, logrando así un nuevo récord Guinness al queso más caro del mundo en subasta. Además, por cuarto año consecutivo se donará un 15% del monto total a la Asociación Galbán.

El Quesu ganador


Una animada subasta que contó con un precio de salida de 3.000 euros y en la que participaron nueve establecimientos hosteleros de toda España: La Montera Picona de Ramón (Gijón), Sidrería Román (Gijón), Carlos Tartiere (Madrid), el Camping Las Gaviotas (Castrillón),  Lo de Viole (Madrid), El Dólar (Oviedo), La Cuenca (Madrid), El Carbayín (Madrid) y el propio Llagar de Colloto.

“Seguimos creyendo en el producto y apoyando a Cabrales y su gente”, aseguró Iván Suárez, dueño del Llagar de Colloto, tras alzarse como vencedor de la subasta, un hito que dedicó “a mi padre, que me insistió en que viniera, y a mi equipo”.

“Todos los quesos tienen mucha calidad, tienes que tener la suerte de estar un poco por encima”, explicó Encarnación Bada, elaboradora del queso ganador por segundo año consecutivo. Una pieza de algo más de 2 kilos de queso aproximadamente, elaborada con leche de vaca y madurado desde diciembre a 1.500 metros de altura, en la cueva Los Mazos. “Lleva mucho trabajo, subirlo a la cueva a esas alturas, donde no llegan ni los coches”, remarcó.

Los premios a mejor lote quesero fueron a parar a la quesería El Duje, que se alzó con el 3º puesto; quesería El Colladín, que logró el 2º puesto; y quesería Valfríu, que se alzó con el primer puesto por cuarto año consecutivo.

Los premios individuales fueron para la quesería Los Puertos, que logró el tercer puesto; quesería Juan José Bada Herrero, que quedó en segunda posición; y quesería Ángel Díaz Herrero como ganador por segundo año consecutivo.

Fuente: Gustatio

Grandes Experiencias Gourmet. Bodega El Capricho y sus dos tesoros: EL Buey y el Vino

 Grandes Experiencias Gourmet


Por Luis Domenech

Recientemente he conocido la nueva lista de los 101 mejores restaurantes de carne del mundo, y como no, mi restaurante del mundo preferido está en el sexto puesto de esta prestigiosa lista. Se trata de la Bodega El Capricho, el Restaurante que Jose Gordón, que su propietario, tiene en Jiménez de Jamuz, Provincia de Zamora, y que este ha convertido en uno de los templos de la carne mundial, lugar obligado de peregrinación para los aficionados a las carnes, un apartado lugar en el que se alcanza el cielo y se disfruta de la carne con los cinco sentidos.

Con José Gordón en Sanxenxo

Hace tiempo que no voy a El Capricho, un lugar en el que me siento como en casa, pero que disfruto mas que si estuviera en mi casa. ¿La  razón?, pues yo que soy carnívoro por placer, y encuentro que estoy en el mejor sitio del mundo para disfrutar de mi pasión por la carne, y hay muchas razones para que así sea.

La primera de ellas es el entorno natural. Un paraje ideal para la cría de ganado en el que el animal encuentra todo lo que necesita, paz y tranquilidad absoluta, buen alimento, agua y los ciudados de Gordón que mima y protege a sus animales como  si fueran familia (que sospecho que así lo cree).

Al crecer el animal en este lugar y de esa manera, un animal castrado que no ha tenido crías ni dado leche, que en los diez o mas años del periodo de cría no ha aportado nada, que todo lo que porta está en su constitución, en su carne, bajo la atenta y continua mirada de su criador y de toda su sabiduría, porque Gordón atesora todo el conocimiento sobre la materia, por lo cual el resultado cuando se degustan sus manjares, es sorprendente.

Gordón entiende que críar animales para llevarlos al sacrificio final es doloroso, pero lo que hay que decir, es que estos animales han vivido una vida magnífica, sin otra preocupación que pastar y dormir. Dice Gordón que lo mas importante para la salud del animal es canalizar su energía a través del proceso de cría, para que llegue a la mesa en la mejor condición posible, y que alguien la reciba para disfrutarla. Así, el animal no muere del todo. Se queda entre nosotros, en nuestra memoria, y eso le da sentido a todo este proceso. Es toda una declaración de principios, y una explicación de como se obtiene este espléndido resultado.

Pero hay algo mas a lo que me quiero referir, y que eleva a este templo, El Capricho, a lo mas alto del mundo del buey. Me refiero a proceso de la elaboración de la cecina de este animal.Y es que El Capricho es mucho mas que un restaurante: es un laboratorio. Mejor: es El Laboratorio, el lugar en el que se experimenta y se perfecciona la elaboración de todas las piezas del animal para prepararlas para su degustación. Y es que el buey no solo es el chuletero. De los Bueyes que se sacrifican, se aprovecha prácticamente todo. Se elaboran cecinas, chorizos, morcillas, lengua,  los lomos, el rabo, el tuétano, todo se aprovecha y se convierte en un manjar.

Pero vamos a lo que vamos: la cecina de buey. La cecina de buey que produce Joseé Gordón es algo único y especial. Habitualmente, la cecina que se produce en León y Zamora es un producto de la curación de la pieza de vaca. Pero la diferencia entre vaca y buey ya la explicamos anteriormente. La pieza procedente de los bueyes de cría es la que expresa la mayor paleta de colores, olores y sabores de este animal.

El secreto de esta cecina esta en la carne del animal, elegida convenientemente fruto del conocimiento y de la experiencia de Gordón, y curada bajo tierra en cuevas que mantienen unas condiciones ideales y mantenidas de temperatura y humedad durante todo el año. 

La pieza, cortada en lonchas finas, nos muestra una carne veteada de color rosado, y brillante, por la extensión de la grasa en el corte. Su aroma es potente y característico, lo mismo que su sabor, potente, jugoso y persistente. Toda una paleta de aromas y sabores al paladar. Siempre pensé, desde que probé por primera vez esta cecina, que su loncha no la iguala el mejor jamón ibérico, aunque tampoco tiene por que hacerlo al ser la procedencia de la carne distinta.

Hoy he vuelto a ver el video que encabeza este artículo, y la verdád es que me emocioné con el recuerdo de mis visitas a El Capricho y me entró una "gran morriña", algo que nos ocurre a los gallegos cuando echamos algo de menos.

Solo espero y deseo que Dios proteja este lugar paradisíaco de los incendios de sexta generación, aunque se que los Gordón son los mejores cuidadores de este entorno natural, los guardianes del paraíso.

ADDENDUM

 Acabo de hablar con José Gordón para felicitarle por el 6º puesto en The 101´s Best World Steak, y me contó de que los graves incendios que afectaron a Zamora, y a su comarca  de Jamuz, también penetraron en su paraíso en el que cría a esa maravilla de ganado. Afortunadamente, personas, instalaciones y animales no se vieron afectados, pero si el fuego quemó gran parte del pastizal del que se alimentan los bueyes que cría El Capricho.

Personalmente deseo de todo corazón que El Capricho se recupere pronto de este desastre, pues es un lugar único en el mundo, que produce unas carnes que son únicas en el mundo, pero que hace feliz a mucha gente. Animo Gordón y familia que vuestros clientes y amigos os apoyan


 


El Top Ten mundial del buen comer

 The 50´s Best


Recientemente se publicó una nueva edición del ranking ‘The World’s 50 Best Restaurants’, nacido hace veintitrés años como una alternativa a las estrellas Michelin de la mano de la revista británica Restaurant Magazine y hoy a cargo del grupo editorial William Reed Business Media.

La versión 2025 de los “Oscar de la gastronomía” puso al frente del Top Ten al limeño Maido, quien escaló del puesto 5 al primero, como el mejor restaurante del mundo, en una lista donde América Latina vuelve a contar con una amplia representación este año, que acapara el 60% de los puestos del Top Ten, pues además de los ya citados, incluye a otro establecimiento peruano, Kjolle, además de dos españoles: el Asador Etxábarry y el madrileño DiverXo, mas uno mexicano (Quintonil) y uno argentino (Asador Don Julio).

Fuente: Statista

Pinsería Perbacco: un soplo de aire napolitano en Pontevedra

Gaia Source y el Pinsero Sergio Mangioru. Foto: La Voz de Galicia

Por Luis Domenech

Pocos platos de la cocina internacional están tan extendidos por el mundo como la pizza, pues creo que no hay en el planeta país en el que no exista un pizzero, pero hay lugares en el que la pizza, fuera de Italia, ha adquirido una presencia destacada. Uno de ellos es la ciudad de Pontevedra, una ciudad norteña española en que recalaron buena parte de ciudadanos italianos, especialmente napolitanos, que montaron sus negocios en la ciudad: bien sea heladerías italianas (que son especiales), trattorías (que son especiales) o pizzerías que también lo son.

Una de estas últimas la conocimos hace un par de días, y fue todo un descubrimiento. Se trata de la Pinsería Italiana Perbacco. En su carta de pizzas nos encontramos con 10 variedades: Margheritta, Calabresse, Crudaiola, Prosciutto&Funghi, Parmigiana, Del Contadino, Perbacco, Bologna, Campania, Toscana, Tirolese y Ligure, vamos, un repaso por las diferentes regiones de Italia, a las que añaden una mas en honor a la tierra gallega: la Pizza Galega  que como no, lleva pulpo como ingrediente principal.

Pizzerías, por supuesto que hay un montón, pero la mayoría de las veces se tratan mas bien de sucedáneos procedentes de franquicias que poco tienen que ver con lo que es una pizza napolitana de verdad. Es mas: yo diría que una pizza napolitana solo puede salir de las manos de un napolitano o de alguien que haya mamado de la cocina napolitana "in situ", aprendiendo de modo tradicional, es decir, por transmisión generacional.

Un poco de historia

Muy pocos saben que la pizza tal y como la conocemos hoy —una base de masa horneada con salsa de tomate, queso y otros ingredientes— se originó en Nápoles, Italia, durante el siglo XVIII, aunque sus raíces son mucho más antiguas, pues otros pueblos tenían platos muy parecidos, como los griegos y su plakous, una especie de pan plano con hierbas, aceite y queso, o los romanos y su focaccia, un pan plano con aceite y hierbas.

Pero fue en Nápoles, en el sur de Italia, donde la pizza moderna tomó forma a finales del siglo XVIII y principios del XIX. En esa época, Nápoles era una ciudad densamente poblada, con muchos trabajadores pobres que necesitaban comida rápida, barata y nutritiva.

Los vendedores callejeros comenzaron a ofrecer masas planas horneadas con tomate, ajo, aceite de oliva y, añadiéndole posteriormente el queso. El tomate, traído de América, fue clave: al principio era un alimento no muy conocido en Europa, pero en el sur de Italia se aceptó rápidamente, siendo en esta ciudad donde la preparación de su salsa adquirió gran fama por su sabor especial. 

Una de las historias más famosas sobre el origen de la pizza moderna es la de la Pizza Margherita, creada en 1889 por el pizzaiolo Raffaele Esposito. Se dice que preparó una pizza en honor a la reina Margarita de Saboya, usando ingredientes que representaban la bandera italiana: el Tomate (rojo), la Mozzarella (blanco), y la Albahaca (verde), un sencillo plato cuya receta ayudó a elevar la pizza de comida popular a símbolo nacional, y a expandirla por el resto del mundo, gracias a la migración de italianos, especialmente a América Latina y Norteamérica, convirtiendo la pizza en un alimento global, con innumerables variaciones, pero cuya cuna indiscutible es Nápoles.

A que debe su éxito la pizza

La razón es simple: a la sencillez de la receta, a la facilidad en su preparación y a su bajo coste, pero el éxito del plato también se debe a los trucos de los pizzeros que son capaces de lograr resultados sorprendentes con este plato tan simple y sencillo. El truco está en la elaboración de la masa, en la preparación de la salsa de tomate, y en la calidad del queso, especialmente de la Mozzarella di Búfala Campana (D.O.P.), un queso de origen medieval, o la reciente Burrata procedente de Apulia, dos quesos únicos: el primero elaborado a partir de la leche de búfalas italianas, mientras que la burrata está elaborada a partir de la leche de vaca.

Hablemos de los quesos

Quizás es el ingrediente mas importante de la pizza, el que le da la textura al relleno, y es uno de los elementos más diferenciales, pues se utilizan tanto la mozzarella como la burrata. 

Mozzarella di Búfala

La mozzarella es blanda, firme y elástica por fuera, y al clavarle el cuchillo desprenderá un poco del suero blanquecino lleno de aromas de la fermentación. Por dentro, una vez superada la estructura lisa y resbaladiza del exterior y la inicial rebeldía al corte, hallaremos una textura ligeramente gomosa y granulosa, con un pequeño corazón más cremoso. La mozzarella de búfala será siempre más amable en textura, más blanda y menos chiclosa que la de vaca. Si horneamos la mozzarella, su textura se transforma por completo: el queso se funde y, mientras está caliente, recupera su estructura en hilos que se estiran interminablemente, y son los mismos que se han sometido previamente a filatura para componer las bolas de queso fresco.

Burrata

Por contra, la burrata guarda las formas de mozzarella por fuera, pero dentro es un pequeño volcán de lava blanca y fría, que al cortar el queso por la mitad, tiende a extenderse lentamente por el plato. Es parte de su encanto, su incontinencia, su implacable necesidad de derrumbarse y desalojar la deliciosa stracciatella, mezcla de mozzarella hilada con nata. Ojo que cuando se contempla el desparrame de la burrata, algunas se abren como piñatas que guardan un líquido lácteo que embadurna el plato al instante. En la burrata italiana esto no debe de pasar, porque la mezcla de hilos de queso con nata es gruesa, no ligera, y es consistente, no dispar. Así que no se trata tanto de buscar un desparrame a lo grande e inmediato, sino una dispersión lenta del tesoro bien escondido en el saquito de la burrata.

Ahora hablemos de la salsa de tomate 

La salsa de tomate para las pizzas es conocida por el nombre de "Sugo di pomodoro alla napoletana", es decir, salsa de tomate al estilo napolitano. El secreto de su éxito es precisamente su ingrediente principal. Un tomate lleno de sabor que se cuece hasta que se funde y concentra sabores. En Nápoles se suele utilizar la variedad de tomate San Marzano, cultivado alrededor del Vesubio, fresco, pero sobre todo preparado para almacenar en conserva para disfrutarlo todo el año, una preparación que es tradicional en las casas allá por el final del verano, que es cuando el tomate está mas maduro.

Il Sugo de Pomodoro alla Napoletana

Para elaborarla, lo primero que hay que decir es que esta salsa NO lleva cebolla. El no usarla le confiere un sabor más intenso, que es lo que más gusta de esta elaboración, pero como contrapartida, también queda con un punto de acidez, que es un atributo positivo, y que con casi total seguridad habrá que corregir al final añadiéndole un punto de azúcar si es necesario. Como ventaja añadida, decir que es la salsa de tomate perfecta para prepararla para toda la familia, y no solo para las pizzas, sino para añadir a las pastas, otro plato de la cocina tradicional italiana.


Fuera de Italia, solo se puede disponer de una salsa de tomate hecha con la variedad San Marzano si se adquiere la procedente de una conservera italiana como la que se puede ver justo encima de este párrafo.

Ingredientes de la salsa napolitana para 4 personas

  • 2 o 3 dientes de ajo
  • 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 800 g de tomate en conserva (variedad San Marzano de preferencia)
  • Pimienta negra molida (opcional)
  • Sal
  • Azúcar o bicarbonato sódico (opcional)
  • Albahaca fresca

 Y finalmente hablemos de la masa

La pizza, es un producto típico de la tradición culinaria napolitana, y es algo serio, pues es el símbolo de la cocina italiana por excelencia que encierra todo un mundo de secretos, pasos y esperas que se asemejan en todo a la creación de una obra de arte, porque la pizza  en Nápoles se toma en serio siempre, y es una obra maestra del arte popular incluso cuando se busca la receta más simple para prepararla. Cada paso en la preparación de la pizza es fundamental, desde el amasado hasta los tiempos de levitación o reposo de la masa, pasando por la elección de los ingredientes para condimentarla. 

Una masa preparada para su extensión

Para preparar la pizza casera, incluso en una bandeja en un horno doméstico, lo primero es elegir las mejores harinas para preparar la masa a la manera de un profesional. Esta es una fase muy importante: la elección de la harina condicionará la estensibilidad de la masa, la manipulación del amasado, su consistencia, la cocción de la pizza y en boca su sabor y su textura.

Agua natural potable, sal, levadura y harina es todo lo que se necesita para una buena masa para pizza. La harina para pizza puede ser:

  • Harina 00, obtenida mediante la molienda de semillas de trigo tierno, indicada para cualquier tipo de preparación tanto dulce como salada.
  • Harina de trigo tierno: es la harina clásica con gránulos pequeños fácilmente refinables que se usa en la cocina, un producto especialmente adecuado para la panificación obtenido de la molienda y posterior cribado del grano de trigo ("Triticum aestium") libre de impurezas y sustancias externas. La diferencia entre la harina de trigo tierno y la harina de trigo duro radica, básicamente, en el contenido proteico (ligeramente superior en el trigo duro) y en la extensibilidad de la masa (mejor en el caso del trigo tierno). Por estas razones, la harina de trigo tierno es perfecta para la preparación de productos horneados, como precisamente la pizza y el pan.
  • Mezclar las harinas: es posible preparar la masa para pizza mezclando diferentes tipos de harina (harina integral o de cereales) teniendo en cuenta que la harina integral requiere tiempos de levitación más largos, al ser rica en fibras y nutrientes. 

La masa de la Pinsería Perbacco! lleva harina de trigo, soja y arroz y es un poco más ligera que la normal.

Ya tenemos la masa hecha. Ahora hay que dejar que el tiempo le de la forma definitiva: es la fase de levitación de la masa de pizza que es fundamental, y varía según el tipo de manipulación: si has preparado la masa de pizza a mano, después de hacer los panecillos de masa deberás cubrirlos con un paño de algodón limpio y dejarlos reposar durante 6-8 horas (la harina integral requiere más tiempo) a temperatura media, protegidos de corrientes de aire. La masa de pizza preparada con batidora o en amasadora, por otro lado, debe reposar durante 2 horas sobre una mesa de trabajo, cubierta con un paño para evitar la formación de una costra en la superficie. Cuanto más largo sea el tiempo de levitación de la masa, más digestible será la pizza. Despues vendrá el estirado para situarla en la base y añadirle el tomate y los demás ingredientes, y al horno, que si es de leña, mucho mejor.

A la hora de degustarla,  La verdadera pizza napolitana debe ser suave, elástica, fácilmente plegable en libro: no es casualidad que en Nápoles se coma la pizza después de doblarla por la mitad. Una costumbre comprensible: para muchos, de hecho, solo hay una forma de degustar la pizza y apreciarla de verdad, una vez horneada, en los 4 minutos siguientes a la cocción, habiendo sido preparada con una combinación perfecta de masa fina y corteza alta. 

Y el resto de los ingredientes

Es importante destacar que, en términos generales, la pizza napolitana lleva pocos y sencillos ingredientes que realzan el sabor del plato según gustos y zonas: la salsa de tomate San Marzano, la mozzarella di bufala campana y, opcionalmente,  como en el caso de la Margherita, la albahaca fresca, es un clásico. A veces se añade un hilo de aceite de oliva virgen extra. A partir de aquí, la lista de ingredientes para añadir a una pizza es interminable: carnes, prosciutos curados o cocidos, setas, atún, vegetales, etc.

Finalizamos repasando la degustacion 

Me desplacé a Pontevedra con la familia para dar una vuelta por la ciudad que estaba en fiestas, y de paso a disfrutar de una cena italiana con la pizza napolitana como razón de ser. Pedimos varias pizzas para compartir:

Ligure: tomate mutti, pesto fresco, un toque de nata, mozzarella fiordilatte, tomatitos cherry asados, burrata fresca y nueces (Sin foto).

Presciutto&Funghi: tomate, mozarella foirdilatte, prosciuto cocido, champiñones, albahaca y AOVE

Gallega: Tomate, mozarella foirdilatte, queso asiago, pulpo, albahaca, pimentón y AOVE


Bologna: mozarella fiordilatte,  mortadela bolognese selección Negrini, burrata,  granella de pistecho de Bronte y AOVE.

Perbacco: Tomate, mozzarella fiordilatte, paleta de bellota, albahaca y AOVE

Margherita: Tomate, mozzarella fiordilatte, albahaca, AOVE

En boca: una masa ligera, crocante y sabrosa, con la salsa de tomate con el punto justo de acidez, una mozzarella que se estira y estira hasta quedar como un hilo de seda, y unos ingredientes de origen local en su mayoría que le dan ese gusto que quien estuvo en Nápoles y se zampó una pizza en esa ciudaad, seguro que recuerda así hubieran pasado un buen montón de años. 

En resumen: Perbacco es una pisería altamente recomendable, para disfrutar de un plato que tiene el sabor de la ciudad en la que nació: Nápoles.


La Pinsería Perbacco! está ubicada en el Pasaxe de San Barlolomé 1. Pontevedra

Teléfono: +34 623 983 895

 

La guía Michelín: la Biblia elitista y sesgada de la alta cocina

 Guía Michelin


Escapar del fenómeno Michelín es cada vez más difícil. Párate a pensar cuántos restaurantes con estrella te ha mencionado tu amigo el foodie o con cuántos te has topado en Instagram o en la televisión. Seguramente te habrás cruzado con nombres como DiverXO, Arzak, Aponiente, Can Roca, Atrio o ABaC. Ahora piensa a cuántos de ellos has ido: probablemente ninguno.

La guía Michelín es una herramienta de marketing de una empresa de neumáticos que, desde su primera edición en 1900, ha conseguido redefinir las reglas del buen comer y amasar una influencia global. Programas como MasterChef, la reconversión de los cocineros en estrellas de rock y un impacto mediático desproporcionado han disfrazado de fenómeno popular una selección dirigida desde sus orígenes a una élite rica y cosmopolita.

Aunque Michelín no comparte su base de datos, la información extraída de su propia web y analizada por El Orden Mundial así lo confirma: las estrellas se concentran en los centros financieros globales, como Tokio, París, Londres, Nueva York o Hong Kong, mientras ignoran gastronomías aclamadas por su tradición y calidad como la de Perú, India o hasta hace muy poco México. Asimismo, las más de 4.300 distinciones premian casi en exclusiva la labor de cocineros hombres y blancos en un ejercicio de soft power francés —el país galo acapara el 18% de las estrellas— en el que España desciende hasta la quinta plaza.

De los neumáticos a la alta cocina

“¿Cuánta gente se compra un vestido de Chanel? Gastronomía va unida a dinero, no hay que ser naíf”. A Julia Pérez, periodista gastronómica y fundadora del portal GastroActitud, no le sorprenden los sesgos de la guía Michelín, pero es especialmente crítica con su metodología: “No tienen ningún criterio. Los inspectores son técnicos en turismo, no suelen saber cocinar y hacen aguas con la cocina contemporánea”.

Final de Masterchef 3 en 2015, con los chefs Michelín Ferran Adrià, Joan Roca y Andoni Luis Aduriz. Fuente: RTVE

En su opinión, la culpa del éxito de la famosa publicación la tiene el ego de los cocineros y la incultura gastronómica. “La gente se fía demasiado de una guía para viajeros que en origen quiere ayudar a vender neumáticos. Es una herramienta de marketing”, afirma. En efecto, con el cambio de siglo, los hermanos Michelín decidieron que su empresa fundada en 1889 en Clermont-Ferrand, en el centro de Francia, necesitaba un empujón. Los coches eran aún una rareza —y un lujo— en las carreteras europeas, pero idearon una guía de viaje con recomendaciones de restaurantes para incentivar el uso y la demanda de neumáticos.

Así nació la guía Michelín, que en la década de 1930 incorporó el sistema de estrellas aún vigente: una significa que el restaurante merece un alto en el camino, dos un desvío y tres un viaje a propósito. Poco a poco, la recopilación fue incorporando países y dibujando su propio mapa de la élite gastronómica global a la vez que se convertía en la gran referencia del sector. Esa autoridad contrasta a día de hoy con su limitada cobertura: 42 países repartidos principalmente por Europa, Norteamérica y el sudeste asiático, en muchos casos representados únicamente por dos o tres ciudades, es una muestra discreta para una publicación que presume de ser el “baremo internacional” de la gastronomía.

En la lista no aparece ningún país africano y, hasta hace muy poco, tan sólo dos de Latinoamérica: Brasil y Argentina. Ahora también figura México, una de las cuatro cocinas consideradas Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco y ausente hasta este mismo mes de mayo pese a recibir la distinción de Naciones Unidas en 2010. Eso no quiere decir, claro, que las recetas de los países excluidos no cuenten con ninguna estrella, sólo que hay que cambiar de continente para encontrarlas: la guía Michelín ha premiado seis restaurantes con cocineros africanos al frente, pero están en Londres y Francia.

En cuanto al ranking de estrellas por países, España aparece en un discreto quinto puesto, por detrás de Alemania y no muy lejos de Estados Unidos, menos conocidos por su gastronomía. Mientras, Francia, Japón e Italia arrasan.

Según la empresa francesa, para otorgar las estrellas se tienen en cuenta cinco aspectos: la calidad de los ingredientes, las técnicas empleadas, la combinación de sabores, la personalidad de los platos y la consistencia entre visitas. Ni la relación calidad-precio, ni la decoración, ni el trato recibido figuran en principio en esa lista.

La directora de comunicación de Michelín España y Portugal, Mónica Rius, explica a El Orden Mundial que la marca persigue “la excelencia y la homogeneidad” en su selección. Sin embargo, buena parte de la mística de la guía reside en sus famosos inspectores: críticos anónimos que visitan los restaurantes y emiten una valoración personal y subjetiva. Michelín sostiene que puntúa 40.000 establecimientos —de los cuales 3.538 tienen estrella— y que todos los restaurantes premiados son visitados más de una vez al año por inspectores diferentes. Por comparar, sólo en España hay casi 280.000 bares y restaurantes.


Poder blando francés

Mise en place, petit fours, chef o terroir. La alta cocina habla francés y la guía Michelín no es una excepción. Al contrario: se ha convertido en una herramienta de poder blando de Francia. En ella el país no sólo ocupa el trono gastronómico mundial —ostenta 774 estrellas, un 58% más que el segundo clasificado, Japón—, sino que también la utiliza para proyectar su forma de entender la cocina y reforzar su papel como guardián de los estándares culinarios.

Tanto el restaurante como las técnicas de cocina modernas son invención de los franceses. Esto, unido al imperialismo con el que Francia impuso su cultura y gastronomía a sus colonias en África, Asia y América, extendió la idea de que la cocina francesa era más refinada y superior al resto. Aunque la guía Michelín se ha internacionalizado, hoy ese criterio sigue primando. Desde una mirada francesa, la cocina europea es lujo e innovación, mientras que la asiática puede permitirse ser humilde siempre que sea exótica.

Ejemplo de ello son los puestos callejeros de Hill Street Tai Hwa Pork Noodle, en Singapur, y Jay Fai, en Bangkok. Dos establecimientos informales, ruidosos y pertrechados con los característicos taburetes de plástico del sudeste asiático que sin embargo cuentan con una estrella Michelín gracias a unos fideos con carne y una tortilla de cangrejo.

                 Jay Fai, el puesto callejero con estrella Michelín en Bangkok. Fuente: Flickr

La gran excepción es Japón. La nouvelle cuisine de los años sesenta, en su transición desde una cocina tradicionalmente recargada, pesada y con abundancia de salsas hacia una versión más ligera y refinada, se inspiró en la gastronomía japonesa. Platos sencillos pero muy estéticos que buscan resaltar los ingredientes, como el sushi o el kaiseki, han influido mucho en la cocina francesa. Por eso no es de extrañar que Japón sea el segundo país con más estrellas.

Mónica Rius, la directora de comunicación de Michelín, considera que “los criterios son lo suficientemente abiertos como para evaluar todo tipo de comidas y restaurantes sin sesgos culturales”. A su juicio, las estrellas a puestos callejeros reconocen “tradiciones sociales y culturales” del sudeste asiático y guardan relación con otros lugares tradicionales premiados como “bares de tapas en España, pubs en Reino Unido, bistrós en Francia o pizzerías en Italia”.

Si descendemos en el ranking internacional, también llama la atención Estados Unidos, el sexto país más reconocido, o Reino Unido, el octavo. Con gastronomías con mala prensa en la alta cocina europea, son datos que podrían sorprender. Y en efecto, hay truco: sus estrellas no están repartidas por todo el territorio, sino que se concentran en Londres y Nueva York.

Tokio, París, Kioto, Hong Kong, Singapur o Pekín son otros de los grandes centros financieros y de negocios que capitanean la lista de ciudades con más estrellas. Si bien hay países como Francia o España con una distribución territorial más equilibrada, existe una tendencia a la concentración en las ciudades ricas. En ellas están tanto la capacidad de inversión en un restaurante de lujo como el público de alto poder adquisitivo que demanda y puede permitirse un menú degustación. Londres, por ejemplo, acoge hasta el 43% de los locales británicos con estrella.

La oferta culinaria en esa red de ciudades cosmopolitas no tiene por qué estar dirigida a sus habitantes ni honrar la tradición gastronómica de su entorno. Esto resulta muy atractivo para capitales o países que aspiran a ganar ese tipo de influencia pero tienen una cocina más desconocida a nivel internacional, como Emiratos Árabes Unidos, que suma hasta 21 reconocimientos, la mayoría a restaurantes italianos, franceses, chinos o hindúes.

Asimismo, Michelín ha llegado a priorizar su propio interés empresarial sobre el criterio gastronómico. La expansión asiática de la guía forma parte de un esfuerzo de la compañía francesa, según aseguró su ex director financiero, por abrir nuevas vías de negocio —tres cuartas partes de sus ingresos proceden de Europa y Norteamérica— y mejorar su imagen en Asia para competir contra los fabricantes de neumáticos chinos. Tras las guías de Macao y Hong Kong en 2009, en 2018 llegaron las de Taipéi y Bangkok.

También hay decisiones llamativas a nivel nacional. En España, cinco restaurantes de Jaén se han hecho con la estrella en apenas cinco años a pesar de que la ciudad no cuenta con ningún hotel de cinco estrellas ni es un centro turístico importante, dos características que suelen ir de la mano con el distintivo Michelín. Frente a ello, durante los últimos siete años la Diputación jienense ha patrocinado la gala de la guía en España y Portugal, celebrada siempre fuera de la provincia. La propia publicación ha reconocido que sin este tipo de patrocinios —Corea del Sur pagó 1,8 millones de dólares y Tailandia 4,4 millones para aparecer en la guía— no podría seguir existiendo.

             Gala Michelín España y Portugal de 2023, celebrada en Barcelona. Fuente: Flickr

¿Una guía para comensales o para chefs?

El carácter afrancesado y elitista de Michelín se traduce además en una sobrerrepresentación de hombres blancos al frente de los restaurantes galardonados. Las mujeres apenas suponen el 6% de los cocineros a cargo de una cocina premiada —en España, el 10%—, mientras que en Estados Unidos la primera estrella a un restaurante con un chef negro a los mandos no llegó hasta el año 2022.

Michelín, mientras tanto, descarta aplicar “ningún tipo de cuota o número establecido”, y prefiere orientar la pregunta a “por qué no hay más restaurantes excelentes a nivel mundial gestionados o liderados por mujeres o personas de otras culturas”.

“Nosotras sostenemos la gastronomía, pero no figuramos en ese extracto final”, clama al respecto Lucía Freitas, que dirige el restaurante con estrella Michelín A Tafona, en Santiago de Compostela, donde intenta “forzar” que toda su plantilla sean mujeres. Alude a una falta de autovaloración, un “impasse en el que ellos suben y nosotras nos quedamos, aunque lleguen a las escuelas sin saber freír un huevo”, pero también al “maltrato psicológico” y la ausencia de oportunidades.

Ella misma asegura no haberse sentido madre hasta la pandemia tras años de crianza: “La alta cocina está planteada para trabajar dieciséis horas al día”. “Iba al mercado a las ocho de la mañana y volvía a casa a la una y pico de la madrugada”, cuenta Freitas ahora con más calma gracias al empujón de Michelín, que le ha permitido ampliar la plantilla.

En su caso, el reconocimiento reforzó su apuesta y le trajo un público al que le costaba llegar:  “De no ser por la estrella yo no estaría aquí”, asegura. Pero entrar en ese circuito no es una buena noticia para todo el mundo. La exigencia es tal que hay incluso dos chefs con cocinas premiadas que se han quitado la vida por la presión laboral: Benoit Violier en 2003 y Bernard Loiseau en 2016.

Renunciar al galardón es técnicamente imposible, pero sí se pierde si el restaurante cierra o cambia de nombre. Es lo que hizo Samy Alí, que en 2018 clausuró su proyecto con estrella en Madrid, La Candela Restó, para abrir un puesto en el mercado de Antón Martín: “No quería estar siempre en la cresta de la ola, tener que buscar constantemente. Yo quería un camino más austero, diferente, contrario y propio”. Su nueva apuesta, Doppelgänger, atrae a 200 personas al mes. “Esa es la opinión real, más democrática”, dice, para recordar a continuación que la guía Michelín es “la opinión de muy poca gente”.

              Doppelgänger, en el mercado de Antón Martín de Madrid. Fuente: Doppelgänger

Para la periodista gastronómica Julia Pérez, sin embargo, el caso de Alí es excepcional. Desde su punto de vista, son los propios cocineros los que dan “autoridad” a la selección de la empresa francesa. “Cuando un premio se acaba convirtiendo en un objetivo, algo estás haciendo mal. La obsesión es tal que hay cocineros que se meten en inversiones brutales, y muchos las pasan canutas”, argumenta.

Al fin y al cabo, la guía Michelín ha sido durante mucho tiempo la única referencia a nivel internacional para comparar entre tradiciones culinarias muy diferentes entre sí. Pero le han salido competidores que están atacando sus debilidades. Es el caso de la guía Repsol, una iniciativa de la empresa petrolera que desde 1979 imita el modelo Michelín pero limitado a la península ibérica, con más premios —en España ha concedido “soles” a 744 restaurantes, frente a los 269 con estrellas Michelín— y más aspectos en cuenta aparte de la comida, como el servicio o el precio.

En la misma línea se sitúa la lista británica The World’s 50 Best Restaurants, que cada año elige los cincuenta mejores establecimientos del mundo aplicando un criterio homogéneo y transversal. Según la publicación, el mejor local del planeta es Central, en Perú, un país que ni siquiera aparece en la guía francesa. El imperio Michelín, si bien goza de una trayectoria única y una reputación inigualable, corre el riesgo de quedar atrapado en su propio universo de lujo y privilegios.

El artículo original se puede leer en EOM

 

 

Ocho vinos logran los 100 puntos en la Guía Peñín 2026

 

 Vinos


Guía Peñín hace públicas las puntuaciones de todos los vinos que entrarán a formar parte de la Guía Peñín 2026 para todos los usuarios premium. Este año el equipo de cata ha realizado más 9.800 valoraciones de los nuevos vinos y cosechas que entrarán a formar parte de los lineales de vino español tanto en nuestro país como en el extranjero.

La Guía Peñín es el manual de vinos españoles más completo del mundo, con catas y puntuaciones de vinos de cerca de dos mil bodegas. Este año, ocho vinos han logrado la máxima calificación posible: 100 puntos Peñín, consolidándose como los mejores exponentes del panorama vinícola español.

Además, 441 vinos han alcanzado el Podio al colocarse entre los 95 y 100 puntos, lo que supone un Podio excepcionalmente poblado en un año en que la calidad del vino español ha sido especialmente brillante.

Las puntuaciones de este año nos ofrecen una visión plural y diversa de las diferentes formas de alcanzar el éxito, con vinos de muy diversos estilos. Los catadores de la guía destacan este año que “el concepto de terruño, tan defendido en el mundo del vino y tan maleable si lo observamos con cierta perspectiva, se ha centrado en lo autóctono”. “Ya no hay zonas que quieran ser como otras, sino que cada una busca su diferenciación con el resto”.

Jerez - Manzanilla Sanlúcar de Barrameda, con una puntuación media de 93,16, ha sido la Denominación de Origen con mayor puntuación media del año, seguida de Montilla – Moriles con 92,11 y VC Cebreros con 92,06.

Desde hoy, ya se pueden consultar todos estos nuevos vinos y realizar todo tipo de búsquedas cruzadas, filtrando por criterios básicos como bodega, denominación de origen, puntuación, variedades o, incluso precio.

El manual de la Guía Peñín 2026 llegará a las librerías de toda España en su formato tradicional durante el mes de octubre y será a lo largo de noviembre cuando esté disponible también en sus versiones en inglés y alemán.

La excelencia del vino español en ocho etiquetas

Castillo Ygay 2012

Castillo Ygay 2012 T GR. Marqués de Murrieta. RIOJA

Esta añada 2022 deslumbró en la Recata por su finura y complejidad, sacando todo su poderío regional y su gran capacidad de guarda. Es la demostración de que también los vinos clásicos pueden ser reinventados en el camino a la excelencia. 

La marca Castillo de Ygay, recuperada por Vicente Cebrián, ha sido una apuesta personal de Vicente con la que poder reinventar el clásico riojano. Para ello cruzó su camino con la enóloga María Vargas, uno de esos momentos cruciales que marcan el éxito de un proyecto. Este vino guarda todo lo que se puede esperar de un Gran Reserva, con su riqueza de matices terciarios, pero lo hace sin abandonar los matices más de territorio, de sus varietales y de la identidad del gran chateau riojano de donde procede.

 

Artuke La Condenada 2023

La Condenada 2023 ha sido la mejor representación de la frescura riojana a través del tempranillo. Es un vino que trasciende sus fronteras más locales, en su caso una pequeña parcela de suelos arenosos ubicada en Baños del Ebro.

Se trata del mayor exponente de la expresión frutal del tempranillo, no sólo en Rioja, de donde es originario, sino en toda España. Este vino de gran carga frutal es muy nítido, complejo y sobre todo muy fresco, a pesar de venir de una 2023 con fuertes golpes de calor. Se trata de un vino que llegó pronto a la Recata con un 100 absoluto por todos los catadores y que igualmente fue revalorado junto a los más puntuados, manteniendo su indiscutible posición entre los más grandes del año.

Alabaster 2022

Durante muchos años Alabaster ha sido uno de los mejores representantes del vino de Toro de altos vuelos y no sólo eso, sino también de los grandes vinos de España.  Hoy que la tendencia va hacia vinos menos estructurados se erige este ejemplar para reivindicar la atronadora fortaleza de la tinta de toro. Un vino redondo y potente, pero con mucha frescura, sapidez y mineralidad. Marcos Eguren es uno de los grandes enólogos de nuestro país, una persona que entiende la relevancia del viñedo y que trabaja con honestidad y mucho conocimiento las viñas que tiene en su haber. 

Este 100 puntos ha llegado aquí por una cuestión evolutiva, la del vino a lo largo de sus cosechas y también la nuestra, en la comprensión de que la tinta de toro, con su fuerza y contundencia también tiene cabida entre los grandes vinos de España de hoy.

Amontillado Tradición

No todos los productores de Jerez son capaces de imprimir el concepto de elegancia en los vinos más longevos de sus casas. Este amontillado tradición VORS, es un vino viejísimo y no por ello estridente ni “doloroso” en boca. Es un vino muy complejo, con el concepto de historia bien marcado en sus aromas y sabores, como todo gran vino jerezano. Conmueve su gran elegancia, a la que llega domesticando con finura todo el poderío y la concentración de estos vinos. Bodegas Tradición es una bodega dedicada exclusivamente a la crianza de vinos muy viejos. Todos ellos tienen esta elegancia como variable en común, algo francamente difícil de conseguir. Este amontillado muestra todo lo grande de la crianza biológica y la oxidativa.

Tío Pepe Cuatro Palmas

Desde su nacimiento, la línea de Palmas de González Byass ha supuesto no sólo un ejercicio en la compresión del viaje que inicia un vino de crianza biológica en su relación con el paso del tiempo y en su paulatina oxidación, sino en la constatación de que cada punto de inflexión en esta carrera temporal que nos lleva del Tío Pepe Una Palma, Dos, Tres y Cuatro Palmas tiene un por qué y una identidad digna de embotellar. 

Tío Pepe, una marca histórica de Jerez podría haberlo hecho con vinos menores, pero decidió echar toda la carne en el asador con esta gama de vinos. Tío Pepe Cuatro Palmas es un vino memorable, de los que dejan una muesca en la experiencia del catador. Su presencia aquí en el cielo de los vinos de 100 puntos es la constatación de que Jerez es capaz de dar algo único e inimitable al mundo del vino. Jerez es eterno, y vinos como éste Cuatro Palmas son la demostración viva de esta afirmación.

Homenatge a Josep Mata Capellades 2004

Recaredo ha demostrado con gran solvencia que con vejez también sabe trabajar. No es la única bodega que puede hacer vinos espumosos casi eternos. Esta bodega había conseguido hasta la fecha 4 vinos de 99 puntos. El primero en la Guía Peñín 2019 con su Recaredo Segona Plenitud 1996, cuando en la Guía Peñín 99 era la máxima puntuación. 

Su presencia aquí en el podio de los vinos inmortales ha sido indiscutible por su predominio cualitativo sobre el resto. Destaca en él su carácter local, muy catalán, su sensación herbal y seca, muy característica de los espumosos catalanes, pero con el envejecimiento sutil y elegante de los grandes vinos.

Este vino es el mejor ejemplo de por qué es tan importante la Recata que hacemos en Guía Peñín. O Raio da Vella fue escalando punto a punto, desde los 96 con los que empezó, hasta convertirse en uno de los mejores vinos del año. 

Peleó con soltura con sus semejantes, en la mesa de 96, luego en la de 97 y finalmente en la de 98, aguardando el veredicto final en la exclusivísima y reducida cata de los mejores vinos blancos del año, entre los que volvió a destacar. Se trata de un vino elaborado por Rodrigo Méndez (Forjas del Salnés) en el Valle del Salnés, responsable de algunos de los albariños más vibrantes y tensos de la zona.


Sorte O Soro 2023

El mejor godello de España es Sorte o Soro 2023, un blanco que lo tiene todo, mineralidad, salinidad, fuerza, tensión, profundidad y presumiblemente una gran capacidad de guarda. 

Este vino es fruto del tesón de Rafa Palacios, obsesionado por crear el mejor vino blanco de España, y del momento en que se dio cuenta de que los viñedos de godello que serpentean próximos al río Sil serían las herramientas ideales para conseguirlo. Sorte O Soro 2023 es redondo, sabroso y trasciende lo que es la propia variedad para convertirse en un gran vino blanco. Va más allá del carácter primario de la godello para buscar líneas mucho más profundas y de mayor calado cualitativo y argumental.

 

 

La sesión vermú de Alberto Lareo cierra el primer asalto de “Cocinando Santiago” a ritmo de DJ Black Vanilla

Eventos

Alberto Lareo


* El chef del Restaurante Maina protagonizará la tercera entrega del proyecto colaborativo que une a ocho referentes de la cocina compostelana de autor en torno al producto local ya la experiencia en directo.
* La cita será este domingo 8 de junio a partir de las 12:30 horas, una sesión vermú con tapas de máxima calidad, que oscilarán entre los 5 y 6 euros, y que estará amenizada por el DJ Black Vanilla de Beso Beach.
* La iniciativa “Cocinando Santiago”, impulsada por el Mercado Boanerges, regresará de nuevo en septiembre con los chefs Lucía Freitas de A Tafona, Tomás Rubio de A Viaxe y Gonzalo Pose de Argentino’s Burguer.

 

Santiago de Compostela, 3 de junio de 2025. Después del éxito de convocatoria de las dos primeras sesiones de tardeo con Iago Pazos de Abastos 2.0 y Brisa Medina y Carlos Insua de Benedita Elisa, “Cocinando Santiago” cambia de formato y apuesta, en esta ocasión, por la sesión vermú. El próximo domingo, 8 de junio a partir de las 12:30 horas, será el chef Alberto Lareo del restaurante Maina quien lidere una nueva entrega del proyecto gastronómico y colaborativo,
impulsado por el Mercado Boanerges, y que busca poner en valor la riqueza culinaria de Santiago hecha por y para los compostelanos.



“Cocinando Santiago” seguirá manteniendo en este nuevo horario de mediodía el espíritu de experiencia gastronómica con cocina en directo y tapas de autor a precios populares que oscilarán entre los 5 y 6 euros. La propuesta del restaurante Maina y Alberto Lareo para esta cita será: “Ensaladilla Clásica de Maina”, “Croquetas de Jamón Ibérico” y “Berenjena Asada,
Ahumada, Emulsiones y Brotes”. El Mercado Boanerges, de la mano de su chef Pablo Pizarro, ofrecerá dos tapas propias: “Gilda de Merluza y Emulsión de Ajada” y “Brioche de Tartar de Picaña con Mayonesa de Pimientos de Herbón”.

“Cocinando Santiago es una oportunidad increíble para cocinar para nuestros vecinos, compartir lo que hacemos en Maina y seguir fortaleciendo la cultura de la gastronomía local de calidad junto a compañeros que admiro”, apunta Alberto Lareo de Maina.



DJ BLACK VANILLA PONE EL RITMO A LA SESIÓN VERMÚ

 



Tras el debut de las DJ Sessions el pasado 8 de mayo con Benedita Elisa, y su asentamiento en el “BoTardeo” que todos los viernes y sábados a partir de las 19:30 horas tiene lugar en el Mercado Boanerges, el santiagués Black Vanilla, DJ residente en la cadena de clubes de playa Beso Beach, regresa a “Cocinando Santiago”. Animará esta sesión vermú con una propuesta
sonora que mezclará la electrónica suave, con el groove y los ritmos mediterráneos. Una combinación perfecta para acompañar esta jornada gastronómica, festiva y 100% compostelana.

Con este tercer asalto de “Cocinando Santiago” el proyecto colaborativo santiagués cierra su primer ciclo de primavera, consolidándose como una de las iniciativas gastronómicas referentes en Compostela. Esta fórmula que deja a un lado la competencia y fomenta la colaboración, el talento local y la cocina de calidad en directo, parece que ha calado entre el público de Santiago.

Un proyecto que busca devolver el protagonismo a la gastronomía compostelana de calidad frente a la creciente “turistificación” que sufre el sector en la capital gallega. “Desde el principio quisimos que Cocinando Santiago fuera más que un evento gastronómico: un movimiento local, una red entre cocineros y una invitación a redescubrir la ciudad a través de su cocina y su gente. El éxito de estas primeras citas confirma que vamos por buen camino”, afirma Adrián Acevedo, Responsable de Desarrollo de Negocio del Mercado Boanerges.

Tras la cita de este domingo y el consecuente parón veraniego, “Cocinando Santiago” regresará el próximo mes de septiembre con nuevas propuestas de altura. Serán las de la chef Estrella Michelin Lucía Freitas del restaurante A Tafona, Tomás Rubio del restaurante A Viaxe y Gonzalo Pose de Argentinos Burguer.