Centroamérica vs. Sudamérica: una comparación regional de los sistemas de producción de café


 

Caficultura


Por Alejandra Saray

Un sistema de producción de café es el conjunto de factores y tecnologías cuya interacción permite obtener la máxima productividad desde el punto de vista biológico, económico y social. De esta manera, las diferentes características edafológicas, climáticas y socioeconómicas en que se cultiva el café dan lugar a una amplia gama de sistemas de producción. Se pueden agrupar en tres tipologías, que a su vez pueden estar diferenciadas según cómo se desarrollen en cada país. 

  • Sistemas de producción tradicional, que se realizan por herencia cultural, no tienen rigor científico y no están enfocados a la rentabilidad. Son cultivos de subsistencia, pero algunos tienen diversificación de productos en sus unidades productivas. En este grupo se pueden mencionar países como México, Perú, República Dominicana, Venezuela, Nicaragua y Honduras
  • Sistemas de producción tecnificados, que se desarrollan bajo modelos tecnológicos, altamente competitivos, orientados a mejorar los rendimientos y la rentabilidad de los cultivos. Pueden estar a libre exposición o desarrollarse bajo sistemas agroforestales tecnificados, como es el caso de Brasil
  • Sistemas intermedios enfocados en mejorar la calidad y que están en transición hacia modelos de agroforestería, siendo uno de sus objetivos el desarrollo cadenas de valor como el caso de Guatemala, Panamá, Costa Rica y algunas regiones de Colombia.  
Teniendo esto en cuenta, queda claro que hay múltiples diferencias en la producción de café entre regiones. Para conocer cuáles son en el caso de Centroamérica y Sudamérica, hablé con Paola Moreno, profesional en agroindustria del café en Colombia; Arnaud Causse, director de transición agroecológica en Belco, y César Echeverry, asesor internacional de café. 

Producción de café

Sistemas de producción de café en Centroamérica

En Centroamérica, el café es considerado el oro negro de la región, dada su importancia en las exportaciones y su aporte a la dinámica económica. El café se produce en ocho países: 

  • México
  • Honduras
  • Guatemala
  • El Salvador
  • República Dominicana
  • Nicaragua
  • Costa Rica
  • Panamá

Cada uno con una evolución y desarrollo diferente de los sistemas de producción, en conjunto aportan cerca del 8 % de la producción mundial. Honduras es el de mayor volumen (7,2 millones de sacos de 60 kg en 2024), seguido de Guatemala (4,16 millones) y Nicaragua (2,6 millones). 

César destaca la caficultura de Guatemala como un modelo enfocado en desarrollar calidad y, al igual que Panamá, en consolidar la cadena de valor, primando el desarrollo del café en sistemas agroforestales tecnificados y dando las pautas en la implementación de sistemas de trazabilidad y consistencia con la implementación de centrales de beneficio. 

Asimismo, resalta la caficultura de Costa Rica. Está inmersa en la actividad turística y ha robustecido la oferta de servicios ambientales. Así, promueve modelos de adaptación de los cultivos frente a la amenaza de la variabilidad climática.

Por su parte, Arnaud destaca la caficultura de Panamá, un modelo orientado a la calidad y altamente rentable que no requiere desarrollar volúmenes importantes. “Panamá es la mayor expresión de lo que es trabajar con la naturaleza”.

A nivel general, en Centroamérica, la caficultura es desarrollada en su gran mayoría por pequeños productores. La región tiene una gran ventaja y es la cercanía a puertos sobre los océanos Pacífico y Atlántico, que facilita las operaciones de exportación. 

Frutos de café

Sistemas de producción en Sudamérica 

Sudamérica es la región líder en producción de café en el mundo (60 %) siendo Brasil el país de mayor volumen (69,9 millones de sacos de 60 kg), seguido por Colombia (13,9 millones) y Perú (4,22 millones). Existen otros países productores como Ecuador, Bolivia y Venezuela, que para el año 2024 representaron el 0,38 % de la producción mundial. 

En esta región, se destaca Brasil, que rompe todos los esquemas de producción. César y Arnaud dicen que no es comparable con el resto de orígenes dado su desarrollo tecnológico, investigación aplicada y transferencia de conocimiento, pasando por la adaptación del material genético y sus formas de reproducción, hasta la mecanización de los procesos de cosecha y poscosecha.

En Brasil predomina el desarrollo de cultivos a plena exposición y la mecanización de su producción; sin embargo, se manejan algunos cultivos bajo sistemas agroforestales, altamente tecnificados, en la región de Mina Gerais, para afrontar los impactos generados por la variabilidad climática.

Casos particulares

Por su parte, Colombia tiene dentro del desarrollo de su caficultura modelos de producción artesanales y tradicionales. Recientemente ha hecho la transición hacia la implementación de sistemas agroforestales, considerando el impacto del cambio climático sobre los cultivos. Si bien el país cuenta con un importante centro de investigación en café (CENICAFÉ) y se sustenta en una robusta institucionalidad (Federación Nacional de Cafeteros), su modelo de negocio ha frenado el impulso y posicionamiento del país en el segmento de cafés de alta calidad.

En palabras de Paola, Colombia tradicionalmente ha desarrollado su caficultura a plena exposición. El modelo de negocio ha estado orientado en mejorar las variedades para su resistencia a plagas y enfermedades, buscando a la vez mejorar los niveles de productividad. A pesar de eso, un 37% está planteado bajo sistemas agroforestales de sombrío.

Ella agrega que su comercialización se realiza por medio de exportadoras que compran café diferenciado por certificados en volumen pero siempre garantizando un buen perfil de taza, aunque también existe un nicho de mercado que se dedica a exportar café de calidad superior.

Cesar y Arnaud coinciden en que países como Perú, Ecuador, Bolivia y Venezuela están en el modelo de producción tradicional (empírico, con bajos niveles de desarrollo tecnológico y de subsistencia). Esta condición los ha favorecido la apertura al mercado de café orgánico y de comercio justo, en el caso de Perú y Ecuador.

Cabe resaltar que si bien Colombia cuenta con un desarrollo importante de la caficultura, en el país también hay regiones marginales en donde las condiciones de producción se enmarcan en los sistemas de producción tradicional.

A nivel general, exceptuando a Brasil, la caficultura en Sudamérica tiene también retos importantes para su desarrollo. Destaca el envejecimiento de los caficultores que repercute en la disponibilidad de mano de obra, que se acentúa con la migración de jóvenes a las ciudades, el acceso a centros de comercialización que encarecen la comercialización y la limitada investigación aplicada que limita la competitividad.     

Sistema agroforestal

Similitudes y diferencias de los sistemas de producción en Centroamérica y Sudamérica

Las dos regiones se destacan por contar con condiciones ambientales idóneas para el desarrollo de la producción cafetera. Además, existe un arraigo, tradición y cultura alrededor de esta actividad. 

Arnaud considera que parte de las similitudes es la baja disponibilidad de variedades y los modelos que se han desarrollado para su producción. Las investigaciones y modelos se han concentrado en la adaptación del material vegetal para reducir la incidencia de plagas y enfermedades sobre los cultivos y la adaptación a la variabilidad climática. Olvidan que el suelo ha sido altamente impactado y que esto incide en la productividad y, como consecuencia, en un incremento de los costos de producción.

Otro punto importante es el binomio altitud-latitud que, más que los suelos, diferencian a Centroamérica de Sudamérica. Este factor es fundamental en la fisiología del cafeto y poco estudiado. Arnaud cuenta que Belco ha iniciado un proyecto de investigación para entender mejor el ciclo circadiano del café que podría condicionar ciertas prácticas sostenibles en función de la región de producción.

En palabras de César, a excepción de Brasil, la actividad cafetera de ambas regiones comparte angustias relacionadas con la inequidad de un negocio que debería ser igual de lucrativo para todos los actores de la cadena. El envejecimiento y la migración de la base productiva ha conducido a que en algunos países las áreas de cultivo se reduzcan.

Si bien los tres entrevistados destacan a Brasil por su desarrollo y avances tecnológicos, hay una percepción de que este desarrollo ha impactado significativamente la disponibilidad de recursos naturales, lo que también ha evidenciado un riesgo en la sostenibilidad de la caficultura en el país. 

Conclusiones finales

La caficultura es una actividad que representa el arraigo e identidad en las poblaciones de Centroamérica y Sudamérica. A su vez, es una actividad económica fundamental para países como Brasil, Colombia, Honduras, entre otros. Es importante orientar las acciones de su desarrollo hacia la consolidación de la cadena de valor, generando competitividad y ganancias equitativas para todos los actores. 

Se debe propender por el desarrollo tecnológico y la transferencia de conocimientos sobre las bases productivas. Así, los modelos de producción estarán orientados a la generación de ingresos y priorizarán el manejo responsable de los recursos naturales.

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Créditos de las imágenes: 

David Pohl, Programa de Alianzas Comerciales de USAID. 


Sobre la autora:

es ingeniera forestal y especialista en desarrollo rural. Está ubicada en Colombia, tierra de cultura y tradición cafetera.


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